"Donde menos nos lo esperamos aparece el sentido del viaje, no lo busques, el te encuentra."
El resumen del cuarto día se lo dejo a Chuchi, que se nos anima:
Bueno, aprovechando que estoy de vacaciones, y tengo algo más de tiempo, paso a contar el cuarto día de viaje por los Alpes. Teníamos un objetivo fundamental para este día , por no decir para el viaje, el puerto con mayúsculas, el Stelvio, quien no ha visto en algunas ocasión la foto tomada desde la cima con esa interminable sucesión de paellas. Con esta ilusión iniciamos la etapa, primero dirección hacia Davos famosa estación de esquí.
Pasamos por carreteras muy cuidadas con entornos preciosos, aún a pesar de la fuerte presión demográfica que se observa, se nota que en este país al menos aparentemente, saben conjugar entorno natural con las diferentes actividades del hombre.
Tras pasar Davos subimos el primer puerto del día el Fluëlapass(2383Mts), puerto no muy retorcido, a pesar de la altura del mismo, y que pasamos sin mayor problema. El día era espléndido y aunque la cabeza nos susurraba que subir al Stelvio no iba a ser tarea fácil el corazón calentado por el sol nos decía lo contrario.
El siguiente puerto el Ofenpass(2149Mts), puerto largo y algo más retorcido, hay que tener en cuenta que no nos encontramos en un alejado puerto de montaña sino en una carretera que une ciudades importantes y por tanto con bastante tráfico y les obliga a mantenerlo en perfecto estado, como consecuencia de esto te encuentras subiendo o bajando un puerto de los Alpes a unos 100Km/h y no más por puro respeto, y además sin ir con el cuchillo entre los dientes, esto da una idea de cómo están la carretera por estos lares. Paramos en el Ofen y aprovechamos para comprar algún mapa y alguna pegatina de los diferentes puertos que íbamos pasando.
El próximo el Stelvio, pero no pudo ser ya que la carretera por la que subimos estaba cortada, nuestro gozo en un pozo, media vuelta y a subir de nuevo el offen y a improvisar la ruta para alcanzar Locarno, lugar donde esa noche debíamos dormir. Tras bajar el Ofenn, nos metimos en un túnel de peaje que nos dejaba en el lago de liviano, paisaje idílico donde nos metimos una típica comida italiana, y donde además comprobamos que los españoles comemos bastante más que los italianos.
Tras la comida y tras pasar un pueblo bastante grande como Liviano, y tomando dirección St Moritz subimos primero el Forcola de livigno(2315Mts) y poco después el Bernina pass(2328Mts) curvas y más curvas y lugares preciosos y más lugares preciosos.
En St Moritz, vuelta mototurística rápida, con un inconfundible olor a estación de esquí supervip y continuamos, saliendo momentáneamente de la ruta marcada, hacia el Julierpass(2284Mts), llegamos por los pelos a comprar la pegatina y además, como fue norma a lo largo de todo el viaje, el tiempo se nos echaba encima.
Pero cuando todos pensamos que a partir de aquí y tras pasar el malojapass(1815Mts) todo iba a ser un corre corre, y como si se tratase de un ajuste de cuentas por no haber podido subir el Stelvio, y gracias a la tozudez de mi hermano que se empeño en ir por esa carretera perdida, nos encontramos bajo mi punto de vista, con el mejor puerto de viaje, el Splugenpass(2113Mts). Curvas y más curvas, paellas en 1ª donde la moto casi no podía y además dentro de un túnel, un auténtico sacacorchos que nos emocionó. Además con la sensación de estar, ahora sí, perdidos en el medio de los Alpes, un atardecer bastante plomizo me hizo preguntarme como serian las condiciones en estos pueblos de 2000mts hace unos pocos años.
Tras pasar este espectacular puerto al cual pienso regresar, volvimos de repente a la realidad, que suponía que prácticamente ya teníamos noche cerrada y con ligera lluvia y que junto con nuestro sentido común nos obligo a saltarnos el paso de San Bernardino de 2065 Mts mediante el túnel correspondiente.
Finalmente, tras otro buen puñado kilómetros, donde tuve la impresión de pasar por 1000 pueblos llegamos a las 23:00 aproximadamente a Locarno precioso pueblo italiano ubicado en el lago Maggiore donde dormimos en un céntrico hotel precioso por fuera y no tanto por dentro.
Llegué cansado, muy cansado pero había disfrutado de uno de los mejores días de moto de mi vida y con posiblemente el mejor puerto de montaña, y no era el Stelvio, de mi vida, aquella noche recordé lo que alguna vez alguien escribió, hay que recorrer el camino para averiguar si te has equivocado…….o no.
Chuchi